El
día de ayer fué el estreno mundial de la aparentemente-sí-pero-no
precuela de Alien (1979) dirigida también por Ridley
Scott, Prometheus, y de la cual todo geek
en Colombia que se precie de serlo está babeando ansioso por el
momento en que se abra la boletería a la venta (de verdad no sé que
piensan en Cine Colombia, Cinemark, Procinal que para ésa no se
pusieron las pilas).
Y no es para menos. Con una excelente campaña de videos virales como TED 2023, David 8, y Quiet Eye, Scott está de nuevo enseñándoles a la mayoría de productores modernos cómo se hace una campaña de advertising que no sólo genera expectativa, si no que expande el universo que está creando dándole más profundidad. Scott ha tomado una leyenda muy poderosa para definir éste comienzo de precuela. Si se me permite (osado yo) complementar el discurso de sir Peter Weyland en el TED utilizando la ayuda de Esquilo y de Thomas Bulfinch, el titán Prometeo y su hermano Epimeteo empezaron su carrera mitológica con la creación de la humanidad y de los animales. El hombre debía ser la cración más “noble” de todas pero Epimeteo, primer despilfarrador de la era mítica, se gastó casi todos los dones chéveres en nuestros amigos los animales. No teniendo nada con qué engallar al hombre, le pide el catorce a su hermano y a Minerva, quienes se pegan tremendo viaje para prender una antorcha con el fuego del sol y se la regalan al primate. Y el primate se enloquece: crea armas para cazar, instumentos para el arado, aprende a vestirse para protegerse del frío, y al final crea el arte y la moneda, sus dos obras más disímiles y a la vez complementarias. Júpiter, primer capitalista de la era mítica, no tolera que le roben el fuego de su propiedad e inventa un arma para castigar a Prometeo por ladrón y al primate por testaferrato: crea a la primera mujer, que hoy conocemos como Pandora. La muchacha va donde Epimeteo, que prevenido por su hermano de tener cuidado con esos capitalistas ladrones, guarda los engalles que le quedan en un ánfora, que aunque son los peorcitos eso no importa a un avaricioso con poder, y ya conocemos el resto de la historia: la curiosidad le gana a Pandora, vacía el contenido del ánfora y salen todos los males que hoy en día nos plagan: la falta de solidaridad, la ambición desmedida, la guerra, la estupidez... Júpiter con toda razón se embejuca, va y manda a buscar a Prometeo que se ha vuelto profesor de los ahora homo sapiens, y el resto lo cuenta mejor sir Peter Weyland.
Y no es para menos. Con una excelente campaña de videos virales como TED 2023, David 8, y Quiet Eye, Scott está de nuevo enseñándoles a la mayoría de productores modernos cómo se hace una campaña de advertising que no sólo genera expectativa, si no que expande el universo que está creando dándole más profundidad. Scott ha tomado una leyenda muy poderosa para definir éste comienzo de precuela. Si se me permite (osado yo) complementar el discurso de sir Peter Weyland en el TED utilizando la ayuda de Esquilo y de Thomas Bulfinch, el titán Prometeo y su hermano Epimeteo empezaron su carrera mitológica con la creación de la humanidad y de los animales. El hombre debía ser la cración más “noble” de todas pero Epimeteo, primer despilfarrador de la era mítica, se gastó casi todos los dones chéveres en nuestros amigos los animales. No teniendo nada con qué engallar al hombre, le pide el catorce a su hermano y a Minerva, quienes se pegan tremendo viaje para prender una antorcha con el fuego del sol y se la regalan al primate. Y el primate se enloquece: crea armas para cazar, instumentos para el arado, aprende a vestirse para protegerse del frío, y al final crea el arte y la moneda, sus dos obras más disímiles y a la vez complementarias. Júpiter, primer capitalista de la era mítica, no tolera que le roben el fuego de su propiedad e inventa un arma para castigar a Prometeo por ladrón y al primate por testaferrato: crea a la primera mujer, que hoy conocemos como Pandora. La muchacha va donde Epimeteo, que prevenido por su hermano de tener cuidado con esos capitalistas ladrones, guarda los engalles que le quedan en un ánfora, que aunque son los peorcitos eso no importa a un avaricioso con poder, y ya conocemos el resto de la historia: la curiosidad le gana a Pandora, vacía el contenido del ánfora y salen todos los males que hoy en día nos plagan: la falta de solidaridad, la ambición desmedida, la guerra, la estupidez... Júpiter con toda razón se embejuca, va y manda a buscar a Prometeo que se ha vuelto profesor de los ahora homo sapiens, y el resto lo cuenta mejor sir Peter Weyland.
Hay
tres cosas sobre éste relato y su conexión con la película sobre las
que quiero hacer hincapié. Primero, con éste mito primigenio Scott
viene a revitalizar una de las sagas más queridas por los fans del
sci-fi. Pero Scott ha sido bastante explícito en decir que es una
historia que
se desarrolla
en el universo de Alien, pero NO
es stricto
senso una precuela a la saga. Sin embargo, las alusiones a la saga Alien
son tan explícitas que en el imaginario SI
lo es, lo que me lleva a mi segunda observación: ¿no podía hacerse
la historia por fuera de Alien? ¿Porqué ese afán de hacer tantos
remakes, reboots, y tan poco se ven ideas “originales” con buenas
producciones? La primera pregunta la responderá la película, la
segunda es más compleja. Mi tercera observación es una pregunta
sobre ésa pregunta: ¿qué es lo original? Giovanni Papini me dió
una clave en su relato “nada es mío” de su magistral obra Gog
(1931): cada
idea es un eco, cada acto un plagio.
C. G. Jung ya había anotado en su Archetypes
of the Collective Unconscious
(1953) la existencia de una matriz común de principios y formas
arquetípicas que nutren nuestro proceso de crecimiento psicológico.
Esos principios y formas se han manifestado en forma de relatos, y
Claude Lévi-Strauss pudo constatar que éstos son semejantes incluso
en culturas que no han tenido contacto alguno. Lo original no son los
arquetipos y símbolos a los que ya estamos acostumbrados en tantas
historias (el “elegido” y su lucha contra el destino, el viaje de
descubrimiento, el rito de pasaje, el hero's
journey, etc.)
si no la forma de relacionarlos entre ellos y con la cultura que los
hace manifiestos. Quizás el problema no es la falta de originalidad
de las producciones actuales, si no que las productoras prefieren
utilizar medios “seguros”, que ya han demostrado ser exitosos,
para contar las historias que tanto nos cautivan y que desde el principio de los tiempos nos acompañan como especie. En algunos casos,
como el que aparenta ser Prometheus, usan el vehículo de Alien para
contar una historia sobre la búsqueda de nuestros orígenes, que sin duda es una de las más significativas para la especie humana. Pero
pienso que el no variar los medios y apostarle a lo “seguro”
calcifica una parte del fondo de la historia, diluyendo su mensaje primordial en lo que ya tenemos entendido como el mensaje de las anteriores películas. En lo personal prefiero que cuenten éstos tipos de historias desde cero, creando el vehículo con el que serán transmitidas, a utilizar los mismos medios que ya hemos digerido una y otra vez. Pero bueno, ésto no va a impedir que compre boletas para el estreno del
próximo viernes ;)
Como buen geek que me considero, cumplí mi palabra y fuí al estreno de Prometheus. Me encantó. Un fotografía espectacular, muy buenas actuaciones, y un guión provocador que revela lo suficiente y deja la imaginación volar para discutir y discutir los misterios que hay en la película. Mucha, MUCHA simbología *spoilers*: desde la deconstrucción del mito de Prometeo en la escena introductoria hasta el 'embarazo' de Shaw. Sir Ridley Scott ya anunció que el DVD/Blu-Ray tendrá 20 minutos más. Can't wait!
ResponderEliminarPacho, solo te digo que anticipé bien.... los Aliens eran un arma de destrucción masiva!!!! jajajaja
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