Un
amigo solía decir que “un juego de rol puede tener magia,
tecnología increíblemente avanzada, espíritus, fantasmas, aliens y
monstruos mitológicos pero NO -y en ésto hacía un especial
énfasis, con subida de tono, empinada e ira jarocha acumulada en la
lengua- ¡NO puede violar las leyes de la física! En la gran mayoría
de juegos las leyes de la física son prácticamente ignoradas desde
la misma concepción de setting,
o son acomodadas y abusadas de tal forma, que un físico sin
intereses geek (algo inverosímil en mi propia experiencia) podría
llenar una bodega completa de contravenciones. Pero no nos digamos
mentiras: es justamente éso lo que nos gusta, lo que nos compele a
sacar una fotocopia, un portaminas, un set de dados, y sumergirnos en
el apasionante y milenario escapismo de ser otros en mundos
fantásticos. Sin embargo, algo que todo juego debe tener y sobre lo
que toda manifestación artística es al menos alguna vez criticada,
es la coherencia y consistencia
lógica que
manifiesta. Pienso que lo que mi amigo quiso decir es ¡NO
puede violar las leyes de la lógica! -imposible
quitarle los signos de admiración que me recuerdan su memorable
disgusto-, y sobre éste particular traigo a colación durante mis
próximas entregas las 10 situaciones en las que estuve presente que
dejaron huella indeleble en mi tolerancia al absurdo jugando rol:
10) “La emboscada” (jugando Council of Wyrms): El scout semi-dragon elfo ha
sido increíblemente emboscado por un grupo de gigantes de piedra en
la ladera de una montaña. Aprovechando éste momento de mala suerte
del jugador, el DM con ojos de niño en dulcería exclama: “¡Un
gigante se lanza y te cae encima! Sientes su pútrido aliento en tu
rostro mientras te bufa” El jugador, en acto desesperado anuncia su
acción: “¡Lo pateo con todas mis fuerzas en el vientre!” En ese
momento, el DM improvisa más rápido de lo que su capacidad de
procesamiento puede: “¡No puedes porque él está presionando tus
piernas con sus enormes patas y te está agarrando las manos!”
Luego de que en un rápido flash mental otro jugador se imagina
cualquier pose absurda de un gigante jugando Twister que cae de manos
y piernas completamente encorvado y un elfito al que le brotan un par
de piernas adicionales para golpearle el vientre desde el suelo, dice
con voz apagada ante la excitación del DM y el jugador: “Guevón,
a lo bien, no entendí esa emboscada...”
9)
“Caín, el reclutador buena gente” (jugando Vampire:
The Masquerade):
La Gehenna ha llegado.
Los antediluvianos se están levantando más hambrientos que
jornalero paisa en verano, y gracias a ese “poder” del
Storyteller llamado serendipia, deus et machina, o simplemente
rabonería, hace que los jugadores se encuentren con un no hambriento
pero sí muy preocupado Caín. El Storyteller pareciera hacer la voz
de Zordon en los Power Rangers y les narra: “Caín corta sus
muñecas son sus uñas y les dá a beber de su sangre para que puedan
luchar... ¡y ustedes suben de 11ª generación a 2ª!” Uno de los
jugadores, particularmente estupefacto y ávido de poder rápido y
sin consecuencias, pregunta con sagacidad “¿Y podemos ponernos las
disciplinas que queramos?” El Storyteller piensa rápida pero no
muy acertadamente que de Caín vienen todas las disciplinas Y que sus
jugadores van a ser segunda generación, a lo que responde
solemnemente “Pueden ponerse las disciplinas que quieran”. El
jugador, más rápido que lo que canta un gallo replica: “No hay décimo punto de daimoinon”.
Los jugadores asiduos de Vampire sabrán que el noveno punto de ésta
disciplina infernal, abre las mismísimas puertas del averno sobre la tierra, sin derecho a salvación. Y el DM, llevándole el ritmo y sin caer en
cuenta de ése tecnicismo insignificante,
le responde: “¡Invénteselo!”
8)
“Serpientes que pelean con todo, incluso lo que no tienen”
(jugando Dark Sun):
El grupo de aventureros ha atravesado
buena parte de las Tablelands y sus peligros naturales bajo el
inclemente sol carmesí de Athas, para meterse a una cueva de viles
serpientes Yuan-ti y hacerse de una reliquia poderosa y unos cuantos
secretos oscuros del pasado de aquél mundo devastado por la magia y
la codicia. Pero el DM no ha sabido medir el nivel de poder de sus
bichos frente a LOS BICHOS en que se han convertido sus jugadores a
lo largo de muchas sesiones, los cuales entran como héroes de
película de Tarantino matando sidekicks. En menos de dos horas,
tiempo real, han hecho una labor de limpieza de villanos que rivaliza
a la de Schwarzenegger en Commando. El DM, furioso porque su dungeon
“perfectamente” diseñado se ha vuelto un nivel cualquiera de
Doom, “aprovecha” un “chiripazo” en el que logra tirar al
suelo a uno de los personajes con una trampa, y le manda un Yuan-ti pureblood con machete mágico. Pero resulta que haciendo ingeniería
de números, el poderoso machete del reptil no lograría meterle un
rayocito a la poderosa armadura del personaje jugador, a lo que
airado replica: “¡AAAHHHH! Pues entonces pateo a su personaje si
no le puedo pegar!” El jugador abre los ojos, y con una vivaz
sonrisa reclama “¡No puede porque las serpientes... no tienen
piernas!” Aún se escuchan en las noches de verano el eco de las
sonoras carcajadas de aquellos jugadores por las noches...
(Continuará)
Rabonería... todo fue rabonería.
ResponderEliminarAunque en mitad del juego son "simples coincidencias" XD
EliminarViví una situación similar jugando un Gehenna no muy bien "contado". En esta historia, todos subimos de generación por razones no muy claras y el desenlace fue, realmente, una venganza del Storyteller que se aprovechó de la emoción de todos para matarnos. Un final pendejo y lamentable.
ResponderEliminarAhora, ¿todas las disciplinas viene de Caín?, ¿debate?